Autor: Marinus van Reymerswaele (c. 1490-1546)
1539
Óleo sobre tabla de roble,
79x107 cm.
En la Edad Media, el arte era casi todo religioso (pinturas de santos, Biblias
ilustradas, etc. Con el Renacimiento eso evoluciona y sigue habiendo arte
sacro, pero aparece otros temas, ahora asociados a una "nueva
religión": el dinero y el capitalismo. La pintura muestra a un
"cambista" (persona que cambia monedas o cobra impuestos, como un
banquero primitivo). Esto representa cómo el comercio y la riqueza empiezan a
ser "adorados" como una fe.
En la época, la Iglesia criticaba la avaricia (pecado capital) Los cambistas
existían desde la Antigua Roma, pero ahora se pintan con glamour, como si
fueran respetables. Es una ironía, sugiere que el dinero se vuelve
"sagrado" en la sociedad.
Van Reymerswaele (el pintor) la hace caótica: la mesa está llena de monedas,
libros de cuentas, balanzas y papeles desordenados. Esto crea
"tensión" visual (como si el cuarto fuera un lío estresante). Algunos
expertos ven aquí una crítica social: no es una alabanza al dinero, sino una
sátira. En el siglo XVI, la usura (prestar dinero con interés) era pecado según
la Iglesia, y la mayoría lo veía como inmoral. El desorden simboliza la codicia
que corrompe la vida.
Es un cuadro pedagógico.

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