En esa caja de cartón piedra con satines acolchados
está mi corazón sentado gordo y blando,
flor de mi vida
parado en los puntos suspensivos
con mi carné de estado.
Ese polizón en queja permanente y aviador
borrón de todas mis chuletas y maletas, soy.
Volando apenas
me persiste la calvicie en esta siesta.
De lágrimas, también con penas de cartón piedra
y aeronauta de piropos
está en mi pecho acolchonado
navegando la baranda de tu risa de piloto.
Bufanda húmeda rosada es tu lengua abierta
azotando con piruetas los dulzores de mi cirio enarbolado-
Son los tuyos por supuesto, dulces besos
y blandamente
van los míos tu jardín sobrevolando
enamorados en la mira de tu inmaculado rosetón ovoide.
Ya ves que sigue funcionando la evolución global
con sus revoluciones y hecatombes
en los rizos de algún néctar que te adorne con pompones.
Te me quedas pensativa, vital y palpitante
¡Y yo qué sé!
Tienes que decir donde tú posas
esta gran navegación de tus alas que planean,
al verdulero cervecero de la esquina que te fía
o mi colchón de miel que te palpita y que calcina.
Te aseguro que resisto al palpar tu territorio
sin arrugar ninguna prisa espero que aterrices
a pesar de que salpicas con lo jugoso de tus nubes
y se me olvide el frenesí que significa
ese atroz punto final cuando te toco.
Sentado en el banco de plaza y media
y que está re100 pintado
me demoro navegando lo que quieras
en el dulce remojo de tu rojo amoratado;
suave bombón que me comí de apresurado.
Aparto esa función del parque aniversario
pues olvidé regar los árboles frutales
por contemplar anonadado
acrobacias de tu gran aterrizaje sorpresivo.
Una pareja de canarios serán las dos palabras flacas
paradas en la rama de este canto jubilado
y nos eleven como lindos volantines en picada
abriendo de tu cielo azul lo rojo tuyo que yo amo.
está mi corazón sentado gordo y blando,
flor de mi vida
parado en los puntos suspensivos
con mi carné de estado.
Ese polizón en queja permanente y aviador
borrón de todas mis chuletas y maletas, soy.
Volando apenas
me persiste la calvicie en esta siesta.
De lágrimas, también con penas de cartón piedra
y aeronauta de piropos
está en mi pecho acolchonado
navegando la baranda de tu risa de piloto.
Bufanda húmeda rosada es tu lengua abierta
azotando con piruetas los dulzores de mi cirio enarbolado-
Son los tuyos por supuesto, dulces besos
y blandamente
van los míos tu jardín sobrevolando
enamorados en la mira de tu inmaculado rosetón ovoide.
Ya ves que sigue funcionando la evolución global
con sus revoluciones y hecatombes
en los rizos de algún néctar que te adorne con pompones.
Te me quedas pensativa, vital y palpitante
¡Y yo qué sé!
Tienes que decir donde tú posas
esta gran navegación de tus alas que planean,
al verdulero cervecero de la esquina que te fía
o mi colchón de miel que te palpita y que calcina.
Te aseguro que resisto al palpar tu territorio
sin arrugar ninguna prisa espero que aterrices
a pesar de que salpicas con lo jugoso de tus nubes
y se me olvide el frenesí que significa
ese atroz punto final cuando te toco.
Sentado en el banco de plaza y media
y que está re100 pintado
me demoro navegando lo que quieras
en el dulce remojo de tu rojo amoratado;
suave bombón que me comí de apresurado.
Aparto esa función del parque aniversario
pues olvidé regar los árboles frutales
por contemplar anonadado
acrobacias de tu gran aterrizaje sorpresivo.
Una pareja de canarios serán las dos palabras flacas
paradas en la rama de este canto jubilado
y nos eleven como lindos volantines en picada
abriendo de tu cielo azul lo rojo tuyo que yo amo.
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