La tarea...

La gente grita que quiere un futuro mejor, pero el futuro es un vacío indiferente, mientras que el pasado está lleno de vida.

Su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo.

Todos quieren hacer de la memoria un laboratorio para retocar las fotografías y rescribir las biografías y la historia.

GUILLERMO ULRIKSEN BECKER

Sigo siendo su alumno novato de 1972 y asistiendo a una de sus peculiares clases en los famosos “cucuruchos de emergencia” de la Facultad - de Emergencia -  de Arquitectura de Playa Ancha en Valparaíso. 
Preguntó, pero preguntándose a sí mismo:
-       ¿Cómo se llama el arquitecto del Cap-ducal?
Murmuré tímidamente: - Dávila Carson. Como yo estaba sentado en primera fila, me escuchó, me miró con sus ojos lecorbusianos y apoyándose sobre mi mesa me espetó:
-       ¡Usted, debe ser una persona que lee mucho!
Acto que le impresionó fuertemente a Lucho Bravo, le produjo una risita nerviosa, a mí un enrojecimiento adolescente para socarronería de Lucho
Cap Ducal Arqto. Dávila Carson
Cap Ducal Arqto. Dávila Carson
Eso era cierto, yo leía mucho y conocía a Roberto Dávila Carson. Además éramos casi mellizos: teníamos la misma fecha de nacimiento como con Carol Lewis.  No sólo conocía su Cap-Ducal sino también la  Casa Flores de Agua Santa  y la casa  Fedeghelli de Concón.
Y adicioné enrojecido,  pero valientemente:

-  Esthétique latine, ça fait toujours plaisir…
Le Corbusier a Dávila Carson.  ¡Me sé la respuesta! Me contestó sobre mis narices.
Casa Flores Arqto. Dávila Carson
Sus ojos eran intensos y siempre parecían traspasarte pero alcancé a leer lo que pensaba…     e s t e  h u e v o n c i t o  … lo que me intimidó como para nunca más abrir la boca delante de él.
Obtuve siempre siete en los trabajos que nos encargó el profesor y además me hizo fanático de la obra de Gaudí gracias a un boletín que leí con fruición. A muchos les podrá parecer que me enorgullezco por nada, pero para un estudiante cuatrero en la enseñanza media, transformarse en un setentero en la U; es motivo de vana gloria, pero gloria.
Lo recuerdo con afecto pues sospecho que “me tuvo buena” por el incidente de aquella tarde. Me irritaba cuando Pancho Montaner me comentaba:

-    Lo vi hablando solo en la calle.
- ¡Pero si eso es normal para los que hablan con Dios! Pancho eres muy infantil.
Su forma de enseñar siempre era dramática. Más que conocimientos transmitía vivencias. Aún no olvido su rotundo desacuerdo a unas pasarelas que conectaban los edificios donde se encuentran hoy las dependencias de la Intendencia de Valparaíso y el Serviu. Felizmente aquella idea original del proyecto no prosperó para la tranquilidad de don Guillermo y la sobrevivencia de las eventuales víctimas peatonales en caso de un sismo en Valparaíso. Tampoco olvido su testimonio del terremoto y tsunami de Valdivia; Chile,  en el año 1960 en ese testimonio nos expresó que al ir casa de su hermana, ésta; la casa, había quedado sin el primer piso,  no producto del derrumbe,  si no del asentamiento de la tierra, víctima de un cataclismo inconcebible. Nos contó:

-       Me arrodillé frente a la reja y lo que quedaba de la casa. Y exclamé:        ¡Dios mío! 

Y su voz sonó como un resoplido de fin de mundo.

También se arrodilló frente a mi pupitre al narrarnos su experiencia. Quedamos perplejos y atónitos ante su histrionismo.
Pero cada vez que hice un proyecto,  recordé esa lección; cuidar  en toda obra y primero que nada,  la vida de las personas.
La anécdota que cuento es coherente con un párrafo del texto refiriéndose al Colegio Santa Teresa de Gaudí. Copio:

 “En Chile no podemos comprender tales audacias constructivas. No nos hacen gracias. Nos deja tensos pensar que un temblor pueda sobrevenir. Diferente sería nuestra reacción si creyéramos que lo que vemos es de hormigón armado”

Expongo el largo texto de mi profesor Guillermo Ulriksen publicado en el Boletín N° 91 de la Universidad de Chile, en abril de 1969 y cuyo director era el poeta Jorge Teillier. El texto pareciera estar basado en la lectura de Ráfols. 

(Josep Francesc Ràfols, arquitectopintor e historiador del arte español, primer biógrafo de Gaudí y el primero en ocupar la Real Cátedra Gaudí de la Universidad Politécnica de Cataluña desde 1956 a 1959).

Saltándome todas las rigurosidades académicas, copio el capítulo final - Tesis - del texto de mi profesor Ulriksen; ENAJENACIÓN Y OBJETIVACIÓN EN LA OBRA DE GAUDI. 
Y solamente el final porque muchos serán impacientes y abandonarán la lectura de un texto erudito atado por el rigor,  pero que en su parte final se libera,  reflejando el espíritu pelirrojo del maestro. 
He aquí lo que escribe al final don Guillermo:
Tesis
El rasgo fundamental de la vida y de la acción de Gaudí, es la lucha tenaz contra la alienación y la enajenación a las que opone todos sus impulsos creadores, objetivación que comunica a quienes lo rodean.
Es parco en palabras pero heroico en el trabajo. Neufert para verlo y encontrarlo debe levantarse a las 5 de la mañana y allí lo hallará, arrodillado en la primera fila del presbiterio de La Catedral y a esa temprana hora marchará con él hasta el Templo Expiatorio. En la puerta de la montea se despedirán.
Sus colaboradores se identifican con él a través de igual proceso de objetivación; sienten como él, aman la belleza de los materiales como él, participan en el complejo esfuerzo de transformar en realidad sus informes formas, desarrollándose en ellos una poderosa capacidad de adivinación de las metas del genio. Y sus colaboradores no son intelectuales sino que artesanos,  estucadores,  alicatadores,  albañiles.
En proceso ascendente la imitación del gótico va siendo reemplazada, en su obra máxima patronizada por la Sociedad Josefina, por el rechazo de todo rasgo espurio, falaz, y alcanza así en el templo y en elementos de su arquitectura laica los más poderosos rasgos de autenticidad de la cultura popular de una región que ha entregado al mundo líderes revolucionarios en el más amplio sentido del concepto.
Fue jefe y revolucionario Gaudí porque como Lenin, Company y Che Guevara transformó el pensamiento en acción implacable sin vacilaciones.

Guillermo Ulriksen Becker, falleció en 1979 y si no fue un Lenin, ni un Company, ni un Che Guevara, sí transformó el pensamiento de muchos con su docencia implacable y sin vacilaciones.

¡Qué bien puesto está su nombre en esa avenida de La Serena!

Unos Link que recomiendo:
a)  http://www.gaudiclub.com/esp/e_equipo/cg/Estudio_analitico.pdf
b) :http://escritosderubencarcamobourgade.blogspot.com/2010/09/gaudi_04.html
c) http://www.cybertesis.uchile.cl/tesis/uchile/2011/ar-aguirre_s/pdfAmont/ar-aguirre_s.pdf

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