Pensé que las CHAURRINAS se llamaban así, por un tema de asociación sonora con los chorros de los que se paraban en propiedad, piernas abiertas, cabeza gacha. Pero el nombre se debe a don Francisco Echaurren impulsor de los Baños Públicos. Intendente – era que no – de Valparaíso primero siempre.
Los baños públicos son una necesidad desde los tiempos romanos. Dicen que ROMA tenía un millón de habitantes. Un millón de habitantes con sus necesidades básicas urgidas es un Problema MAYÚSCULO. Para eso; ingenio de urgido, árboles, rincones, fuentes de soda con oferta para uso exclusivo de sus clientes y piedad ciudadana de algún vecino.
Pero Vespaciano, inteligente el hombre, gravó con impuestos la orina. El defensor de los ciudadanos – su hijo Tito- le impugnó:
- ¿Cómo lucras con la orina?
Y Vespaciano tomó los denarios, los pasó por la nariz ganchuda de Tito y le dijo:
- ¿Hueles en ellos la orina?
- La verdad que no
- Pero son orina y millones mean.
Santiago tenía o tiene, chaurrianas o vespasianas: Este último sustantivo viene del emperador Vespaciano. Vespa para los amigos y Divino Patrono de los transeúntes urgidos; Orinadorum te salutan.
Los baños públicos con sus ofertas de sexos en las paredes, números de celulares, mensajes obscenos, dibujos megalíticos, y ese hedor en lozas de artefactos, limpios y resistentes al ácido úrico y a la toxina humana, son una prueba de resistencia mental, dignidad y pudor de la especie.
¡Dios dónde estoy metido! Ayúdame. De bacterias, bacilos y protozoarios protégeme. Bendíceme con pureza e higiene.
Salí indemne, prueba suficiente para mi potencia como reproductor de la especie humana.
¡Que el agua bendita del conserje sea cloro clínico!
Esos fueron mis pensamientos cuando en el zoológico de Córdova los baños públicos, conocílas “tazas turcas”. Al ingresar - y lo digo con toda e ingenua honestidad - pensé que eran los baños de los elefantes. Pero eran para los visitantes.
¿No sabes lo que es una taza turca? Se hace todo de pie. Tienen un lugar - talla 44 - donde poner los pies y manillas para sostenerte con los pantalones abajo y que Dios te pille confesado. Es de uso presidiario. Lo sé porque las construí para la penitenciaria de Rancagua.
Las calles de las fotos antiguas que nos inflaman el espíritu de nostalgias, debieron oler hasta el desvanecimiento. Veo fotos de estos baños públicos de precariedad portátil. Harán fila? Habrá papel? ¿Cobran? ¿Se podrá pasar por allí sin taparse las narices?
Dicen los viejos locatarios que no era posible pasar por las veredas sin gran peligro.
Un adminículo sorprendente y que vi en mi niñez eran las escupideras, me lo recuerda el dentista. ¡Qué cosa terrible! Dicen que las usaban los masticadores de tabaco. Achuntarle debió ser una maestría. Pero no dejo de pensar en el que las aseaba.,
Una historieta de la historia narra que los cafés de la capital tenían en sus patios unos adminículos denominados “cancos”, para que los parroquianos desalojaran con cierta comodidad ese líquido diurético. El olor era insoportable.
… Si las fotografías olieran…
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