La tarea...

La gente grita que quiere un futuro mejor, pero el futuro es un vacío indiferente, mientras que el pasado está lleno de vida.

Su rostro nos excita, nos irrita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo.

Todos quieren hacer de la memoria un laboratorio para retocar las fotografías y rescribir las biografías y la historia.

TITANIC



Meses antes,  un témpano se desprendió de la masa helada de Groenlandia. Partió hacia el norte pero a poco andar se devolvió hacia el sur bordeando las costas de América del Norte. Hemos seguido su blanca trayectoria – como a Moby Dick - hasta el encuentro con un barco que se cruzó en su camino. Lo hundió en un par de horas. 
Después de ese evento,  siguió su viaje incólume, casi indemne,  se fue rotando en aguas más tibias por los patrones de viento y disolviendo por los aires calientes de la línea ecuatorial hasta continuar viajando en forma de corriente marina. Esas aguas hoy están en nuevas formas de hielo,  tal vez en la cordillera del Tibet, Los Andes o Los Alpes o acaso en la lluvia que cayó ayer en el patio de mi casa. 
La leyenda del Titanic - al contrario del témpano - se ha hecho insumergible y está presente en mi casa al igual que la lluvia. 
En días de infancia contaron su historia en una vieja película inglesa, en relatos de mi madre y ahora, en la última película de James Cameron. La historia sacó lo que siempre ocurre en toda catástrofe; lo peor y lo mejor de cada ser humano.

Nadie olvida la frase:  los niños y las mujeres primero, como decía mi madre, aunque se salvaron más hombres que mujeres. no se olvida el estoicismo de la orquesta tocando "Más cerca de ti, Dios mío"
,  ni la cobardía del hombre que se disfrazó de mujer para alcanzar el privilegio de las damas. 
Parece que algunos no acataban la rígida estructura de conducta victoriana. 
Gimnasio del Titanic
Quienes han estado en barcos de pasajeros saben que se habita en un microcosmos y de una u otra manera se hace introspección. Se cuestionan al transitar por anchos pasillos alfombrados y ascensores de vidrio. 

Duermen en sus pulcros camarotes atentos al ruido de las calderas que impulsa el barco,   como se impulsan las calderas de la ambición y se preguntan si su corazón late por igual deseo. Quisieran creer que actuarían como el capitán Smith, inmolándose en las aguas frías o  como la pareja resignada que espera su destino acostados en la cama, o hacer lo de  Hitler y Eva; pegarse un tiro.

La verdad es que siempre se piensa; cómo salgo de aquí con vida. La frase simple es un democrático;   Sálvese el que  pueda, porque contra los ideales de nobleza priman las bajezas, o si quieres la eficiencia, como ocurrió con los cuerpos recuperados del naufragio del Titanic. Unos fueron respetuosamente preservados y otros fueron tirados al mar -  "sepultados en el mar" para hacerlo elegante -  por la sencilla razón de que se había acabado la formalina; el líquido para embalsamar... y puestos a elegir, los rescatistas optaron por los muertos de primera clase. 

Al fin y al cabo,  la naturaleza humana es como la inmutabilidad del agua y presente como la lluvia que cayó ayer en el patio de mi casa. 
Di tú cómo habrías actuado.

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