Mira; acabo de leer esto:
“Desmenuzamos la naturaleza, la organizamos en conceptos y atribuimos significados porque hemos suscrito un contrato para organizarla de este modo; un acuerdo que abarca nuestra comunidad lingüística y que está codificado en los patrones de nuestra lengua. Como es obvio, dicho contrato es implícito y no declarado”
¡Pero sus condiciones son absolutamente obligatorias!
¿Y cuando acepté tal obviedad? ¿Qué pelota me pone en tal chunga al bulto? No pues. Dimito absolutamente de esa afirmación que siendo tajante y autoritaria, no tengo por qué asumir.
Cada vez que entro en lectura; territorio de “nuestra comunidad lingüística”, me voy por aquello que ya no importa con la idea primigenia. No sé por qué. En mi vida manda el caos, que sumergiéndome en una maraña impenetrable donde subyace virgen y casta la certidumbre del conocimiento me dispara hacia los confines más insólitos de cualquier pensamiento. ¡OH divinas musarañas de mi pupitre escolar! Acabo de entender que soy un Disperso. Por ello, si conversan conmigo habitualmente oirán, esta pregunta: ¿De qué estamos hablando?
Estamos hablamos que por lo general, todos tienden a ordenar un sistema, afianzar la gran construcción de la enciclopedia mundial, rellenando los baches y completando los ficheros que creemos pendientes en ese supuesto libro de escritura perpetua. A eso se refiere el que ambiciona “desmenuzar la naturaleza”. Aspira a develar los procedimientos del pensamiento para tomar el rumbo que lo lleve a una meta certera, sintética y concluyente intentando develar los parámetros para clasificar y “codificar en patrones” toda la verdad y nada más que la verdad. Pero no es mi caso. Prefiero navegar al impulso diverso de las cogitabundas corrientes de las incertidumbres cruzando las interrogantes, antes que alcanzar la certeza muerta.
Muerta está la esencia, causa y destino de la enciclopedia, pero como todo fantasma, no dejará de acosarnos nunca. Cuando la abordo, es incapaz de conducir mi pensamiento. Ella misma me distrae con anterior palabra o siguiente. Prefiero saber efectivamente cuánto pesó el último suspiro en la cilindrada de las venas del linotipista antes que entrar en las científicas autopsias de verdades. Divago; rodeo, con artimaña el inédito laberinto. Todo aquello es menos propio de una bala conducida por rayos laser que del vuelo de una mosca con hipnosis.
Hypnos, hermano de Thánatos. Me fascina leer mitologías, cosmogonías, teologías; pues me maravilla las explicaciones que los hombres se han inventado respecto al origen de las extrañas cosas del mundo. Por eso en mi biblioteca ocupan un lugar especial, La Torá, El Vademécum, el Pentateuco, El Anti Düring, La Biblia, el Penthouse y el Condorito, Fontanarrosa, o Les Pensées sur la religión, de Pascal.
Pascal decía: “no se puede ser universal y saber todo acerca de todo”. Hay que saber de todo un poco. Porque es mucho más hermoso saber algo de un todo, que saber todo de una cosa que al final puede llegar a ser la nada. Patrañas; me dirán. Cuidado; esta ambigua infinitud del conocimiento es divinamente hermosa y letal.
Letal es lo que une al filósofo con el disperso; sólo que el primero se empeña en ordenar, coordinar, “codificar en patrones”, asociar y reglamentar metódicamente el conocimiento de la realidad hasta transformarla en algo confortablemente tibio como lo es un dogma que le proteja de las incómodas preguntas, o sea; es un creyente que sueña ir a alguna parte. ¿No han escuchado hablar del beaterio ateo? ¿o del beaterio religioso? Uno y otro se creen antípodas y ni se soportan, pero son lo mismo; ordenadores sistémicos, holistas. Junto a los filósofos, son los especialistas universitarios apoltronados en los cubículos de sus cátedras, los peores. Esos mismos paradójicos que contradictoriamente han emitido la peregrina idea de que se han terminado las utopías, los dogmas.
Los dogmas, las ideologías cerradas y ciegas; básicamente intolerantes no se han terminado. No señor. La humanidad no puede vivir sin la erudición, sin el dogma de la sabiduría, ni el de la exacta certeza. Mientras el disperso es eminentemente un incrédulo feroz, pues abdica a la primera de cambio que le sugiere la realidad y opera siguiendo los mismos desajustes del caos sin tratar de atenuar en absoluto su confusa trama de disociaciones, contradicciones, desequilibrio y enturbamiento,… el filósofo se cuadra y cobija en su creencia precaria, al alero del dogma para que no se le derrumbe el mundo de sus convicciones de izquierdas y derechas, de ateos y creyentes, de sumidos e insurgentes, de razas y de patrias. Todo eso es prehistoria ante la modernidad que se nos viene ahora. El Tiempo y la Ciencia le están dando la razón a los dispersos. Un Disperso nunca pero nunca, defenderá nada ante un Filósofo. Aun cuando sospeche que también lo alcance la Ley de Probabilidades.
La Ley de Probabilidades dice que “si Dios no existe, nada pierde uno en creer en él, mientras que si existe, lo perderá todo por no creer". El filósofo te dirá que Dios no existe o que Dios existe. Cizaña; pues alguien, sin línea edotorial te dirá; a veces creo y a veces no creo. Soy consecuentemente un Disperso, no químicamente puro; sí eufemísticamente tóxico. Supongo que hay más sabiduría en dejarse arrastrar por las olas que en luchar contra ellas. Esto es; flotar según la corriente de la evidencia que me conduzca hasta que la verdad más indiscutible se transforme en un absoluto misterio.
Un misterio nunca se debe despejar, digo, más bien hay que engrosarlo. Llenarlo de paréntesis, amplificar las hipótesis , cargarlo de puntos suspensivos, catarlo por todos lados y nunca pero nunca; resolverlo. Ese es el verdadero mérito del disperso: amplificar la mente para evitar cualquier aproximación a una ley, a una premisa, a un postulado, axioma o un principio - a menos que sea el principio de la incertidumbre - a una verdad histórica, una certeza creíble o la mínima moraleja que lo ate. Sería una hazaña el confundir lo indesmentible. Eso es la supervivencia y forma de poseer de los dispersos.
¡Pero sus condiciones son absolutamente obligatorias!
¿Y cuando acepté tal obviedad? ¿Qué pelota me pone en tal chunga al bulto? No pues. Dimito absolutamente de esa afirmación que siendo tajante y autoritaria, no tengo por qué asumir.
Cada vez que entro en lectura; territorio de “nuestra comunidad lingüística”, me voy por aquello que ya no importa con la idea primigenia. No sé por qué. En mi vida manda el caos, que sumergiéndome en una maraña impenetrable donde subyace virgen y casta la certidumbre del conocimiento me dispara hacia los confines más insólitos de cualquier pensamiento. ¡OH divinas musarañas de mi pupitre escolar! Acabo de entender que soy un Disperso. Por ello, si conversan conmigo habitualmente oirán, esta pregunta: ¿De qué estamos hablando?
Estamos hablamos que por lo general, todos tienden a ordenar un sistema, afianzar la gran construcción de la enciclopedia mundial, rellenando los baches y completando los ficheros que creemos pendientes en ese supuesto libro de escritura perpetua. A eso se refiere el que ambiciona “desmenuzar la naturaleza”. Aspira a develar los procedimientos del pensamiento para tomar el rumbo que lo lleve a una meta certera, sintética y concluyente intentando develar los parámetros para clasificar y “codificar en patrones” toda la verdad y nada más que la verdad. Pero no es mi caso. Prefiero navegar al impulso diverso de las cogitabundas corrientes de las incertidumbres cruzando las interrogantes, antes que alcanzar la certeza muerta.
Muerta está la esencia, causa y destino de la enciclopedia, pero como todo fantasma, no dejará de acosarnos nunca. Cuando la abordo, es incapaz de conducir mi pensamiento. Ella misma me distrae con anterior palabra o siguiente. Prefiero saber efectivamente cuánto pesó el último suspiro en la cilindrada de las venas del linotipista antes que entrar en las científicas autopsias de verdades. Divago; rodeo, con artimaña el inédito laberinto. Todo aquello es menos propio de una bala conducida por rayos laser que del vuelo de una mosca con hipnosis.
Hypnos, hermano de Thánatos. Me fascina leer mitologías, cosmogonías, teologías; pues me maravilla las explicaciones que los hombres se han inventado respecto al origen de las extrañas cosas del mundo. Por eso en mi biblioteca ocupan un lugar especial, La Torá, El Vademécum, el Pentateuco, El Anti Düring, La Biblia, el Penthouse y el Condorito, Fontanarrosa, o Les Pensées sur la religión, de Pascal.
Pascal decía: “no se puede ser universal y saber todo acerca de todo”. Hay que saber de todo un poco. Porque es mucho más hermoso saber algo de un todo, que saber todo de una cosa que al final puede llegar a ser la nada. Patrañas; me dirán. Cuidado; esta ambigua infinitud del conocimiento es divinamente hermosa y letal.
Letal es lo que une al filósofo con el disperso; sólo que el primero se empeña en ordenar, coordinar, “codificar en patrones”, asociar y reglamentar metódicamente el conocimiento de la realidad hasta transformarla en algo confortablemente tibio como lo es un dogma que le proteja de las incómodas preguntas, o sea; es un creyente que sueña ir a alguna parte. ¿No han escuchado hablar del beaterio ateo? ¿o del beaterio religioso? Uno y otro se creen antípodas y ni se soportan, pero son lo mismo; ordenadores sistémicos, holistas. Junto a los filósofos, son los especialistas universitarios apoltronados en los cubículos de sus cátedras, los peores. Esos mismos paradójicos que contradictoriamente han emitido la peregrina idea de que se han terminado las utopías, los dogmas.
Los dogmas, las ideologías cerradas y ciegas; básicamente intolerantes no se han terminado. No señor. La humanidad no puede vivir sin la erudición, sin el dogma de la sabiduría, ni el de la exacta certeza. Mientras el disperso es eminentemente un incrédulo feroz, pues abdica a la primera de cambio que le sugiere la realidad y opera siguiendo los mismos desajustes del caos sin tratar de atenuar en absoluto su confusa trama de disociaciones, contradicciones, desequilibrio y enturbamiento,… el filósofo se cuadra y cobija en su creencia precaria, al alero del dogma para que no se le derrumbe el mundo de sus convicciones de izquierdas y derechas, de ateos y creyentes, de sumidos e insurgentes, de razas y de patrias. Todo eso es prehistoria ante la modernidad que se nos viene ahora. El Tiempo y la Ciencia le están dando la razón a los dispersos. Un Disperso nunca pero nunca, defenderá nada ante un Filósofo. Aun cuando sospeche que también lo alcance la Ley de Probabilidades.
La Ley de Probabilidades dice que “si Dios no existe, nada pierde uno en creer en él, mientras que si existe, lo perderá todo por no creer". El filósofo te dirá que Dios no existe o que Dios existe. Cizaña; pues alguien, sin línea edotorial te dirá; a veces creo y a veces no creo. Soy consecuentemente un Disperso, no químicamente puro; sí eufemísticamente tóxico. Supongo que hay más sabiduría en dejarse arrastrar por las olas que en luchar contra ellas. Esto es; flotar según la corriente de la evidencia que me conduzca hasta que la verdad más indiscutible se transforme en un absoluto misterio.
Un misterio nunca se debe despejar, digo, más bien hay que engrosarlo. Llenarlo de paréntesis, amplificar las hipótesis , cargarlo de puntos suspensivos, catarlo por todos lados y nunca pero nunca; resolverlo. Ese es el verdadero mérito del disperso: amplificar la mente para evitar cualquier aproximación a una ley, a una premisa, a un postulado, axioma o un principio - a menos que sea el principio de la incertidumbre - a una verdad histórica, una certeza creíble o la mínima moraleja que lo ate. Sería una hazaña el confundir lo indesmentible. Eso es la supervivencia y forma de poseer de los dispersos.
"La incidencia de la Estructura Superficial Sintáctica en la valorización espacial de un recorrido" - Rapidograph 01, sobre papel diamante. |
Mi forma de poseer es conocer en el dispendio, la diseminación, la expansión, la extensión traslatoria, la yuxtaposición; evadiendo el eje central de cualquier discusión, la simetría pueril, las puntuaciones, la estrecha perspectiva del sabihondo, las erudiciones específicas y estar lo más lejos posible de la tensa concentración del académico y lejos del ocioso cuchitril de los hallazgos estadísticos enarbolando diversas escalas de valores, con otras sustancias, con otros climas, otros cuerpos, otras infidelidades, otros crímenes y miserias o arrabales, éxtasis de los insectos, apareamientos de los simios, versos de iletrados, sutilezas de masoquista, pinturas de las cavernas, dulzura terrorista; en fin. Todo puede ser cierto o mentira, bueno o malo y al mismo tiempo ni lo uno ni lo otro por lo cual pareciera carecer de algún sentido. Nada es escandaloso ni decente. Nadie es clasificado, etiquetado, membreteado, prejuiciado. Por antonomasia soy un integracionista. Todo en mí es voluptuosa curiosidad y por lo mismo, al carecer de prejuicios me acusan de insubsistente, de voluble e inconsistente, de impostor antirreglamentario, de apátrida fervoroso, de caprichoso arbitrario y tentacular, porque frecuento todas las iglesias, sin pertenecer a ninguna, hincha de todos los equipos de fútbol seré el inventor del volante mentiroso. Hoy día soy numismático, luego empuño un tratado de cristalografía, amo el sánscrito, la hermenéutica, las cartas de navegación, el sincronismo, la evolución del ñoqui, adalid del sincretismo sin ser sometido a los rigores del ascetismo o el universalismo que acontece, soy por excelencia; el depredador de lo insólito y emparejador de los vacíos. Entonces; ¿qué le dejo al filósofo y al místico ante la verdad revelada si no la rutina de lo ya conocido, si no la saciedad o el hastío de lo conocido? Sólo entrañas. Nada más que insípidos cogollos, briznas. Cual Disperso conozco el hambre y la gula sin resentimientos para una, ni remordimientos para con la otra. Los dígitos de la hambruna y los puntos porcentuales de la bolsa de valores me son tan importantes como el número de remaches de la Torre Eiffel o el principio extendido de Epstein-Heisenberg. No hay idioma que me sea extraño, aunque en rigor no hablo ninguno. Trato con la misma familiaridad a los jefes y a los subalternos. Todo suma en el regocijo para restarse a ser poseído.
Poseído por la pasión del conocimiento inútil, por supuesto, sé lo que a nadie le interesa, por ejemplo; …que cada pasajero en vuelo trasatlántico deja en el aire, de anhídrido carbónico, una tonelada y que una tonelada de pintura, pesa la pintura de un boing 707,…que Newton no elaboró la ley de la gravedad porque le cayó una manzana en la cabeza, sino por la forma, en que de su mujer caían, los gordos senos… ¿Ves cómo uno se distrae?,…que el pelo ensortijado se debe a que es plano su filamento y de filamento redondo; es el pelo liso. Que la expresión "vales callampa" deviene de la callampa que está en el flipper y que ese adminículo puntea cero... que el estornudo corre a 60 km. por hora… que los esquimales asienten y niegan en dirección contraria y tienen treinta palabras para decir nieve… que el olor del sobaco se llama hirco…que la palabra "corbata" viene porque la usaban los soldados croatas,… que la condesa Báthory asesinó a 610 doncellas, para bañarse en sangre; método infalible para conservar la juventud…que Cleopatra no se bañaba en leche de cabras si no en semen de esclavos...que Elvis Presley se teñía el cabello de negro a pesar de ser rubio…que el genoma de la papa es anterior al poblamiento andino, que la Coca Cola era originalmente verde…que es posible ver una vaca subiendo escaleras pero no que las baje…que el graznido de un pato no hace eco…que el ansias de guardar trastos y basura se llama Mal de Diógenes…que es imposible estornudar con los ojos abiertos,…que Cristo no nació en Navidad… que Colón no descubrió América ni tampoco Eric el Vikingo,…porque ya todos estábamos, que Thomas Alva Edison temía a la oscuridad y que no inventó la ampolleta,... que Toledo es el nombre de uno de los libros del Torah...que el nombre de Iberia proviene del río Ebro y este de Ivrit que significa hebreo...que el condón de lino se usó por primera vez en Italia en 1550 …que la palabra: F.U.C.K. viene de Fornication Under Consent of the King, algo así como: fornicando bajo el consentimiento del rey, que Los Andes es un nombre aymara castellanizado que quiere decir "montaña que se ilumina"... que Uruguay proviene del aymará Uruway y significa; ¡Qué día!…que Paraguay; ¡Qué seco es!...que canguro; No sé …que el botafumeiro con incienso de las catedrales es para espantar el mal olor de los feligreses… que las ventosidades de las vacas contribuyen con un 7% al calentamiento global,…que los elefantes son los únicos animales de la creación que no pueden saltar…que los mosquitos tienen dientes…que hay ranas sin género macho y se reproducen…¡Ay Dios!...que Yucatán significa, no soy de aquí... que Patagonia; pie grande,…que el universo no tiene forma y que el vacío suma.
En suma: el Disperso es un ilegal con sus papeles al día al que no se le puede combatir, porque no tiene trincheras, ni territorio, ni propiedades, ni raza, ni nacionalidades y está lejos de ser un confuso. Es un virus peligroso en cualquier ordenamiento puesto que un mundo donde sólo cuentan los resultados, los diplomas y no el proceso puro del pensamiento, es un eminente peligro y turbulento evidente. Es un irresponsable cumplidor. Un lujurioso por el conocimiento incontinente. Lo más exasperante es que no hay forma de sancionarlo porque no es un anárquico. Parece un simulador que conviviera con los hábitos del trabajo y los horarios pero ¿quien puede subyugar sus pensamientos sobre el escritorio que pareciera ocupar?
OH musarañas de mi viejo pupitre escolar cuánta razón teníais! Y sobre todo ahora, que alcanzamos el Jardín del Edén del que fuimos alguna vez, injustamente despojados: el ciberespacio, el espacio virtual con su oscura energía meciendo sin culpas, el Árbol del Conocimiento para saciarnos obscenamente de todos sus frutos.
Poseído por la pasión del conocimiento inútil, por supuesto, sé lo que a nadie le interesa, por ejemplo; …que cada pasajero en vuelo trasatlántico deja en el aire, de anhídrido carbónico, una tonelada y que una tonelada de pintura, pesa la pintura de un boing 707,…que Newton no elaboró la ley de la gravedad porque le cayó una manzana en la cabeza, sino por la forma, en que de su mujer caían, los gordos senos… ¿Ves cómo uno se distrae?,…que el pelo ensortijado se debe a que es plano su filamento y de filamento redondo; es el pelo liso. Que la expresión "vales callampa" deviene de la callampa que está en el flipper y que ese adminículo puntea cero... que el estornudo corre a 60 km. por hora… que los esquimales asienten y niegan en dirección contraria y tienen treinta palabras para decir nieve… que el olor del sobaco se llama hirco…que la palabra "corbata" viene porque la usaban los soldados croatas,… que la condesa Báthory asesinó a 610 doncellas, para bañarse en sangre; método infalible para conservar la juventud…que Cleopatra no se bañaba en leche de cabras si no en semen de esclavos...que Elvis Presley se teñía el cabello de negro a pesar de ser rubio…que el genoma de la papa es anterior al poblamiento andino, que la Coca Cola era originalmente verde…que es posible ver una vaca subiendo escaleras pero no que las baje…que el graznido de un pato no hace eco…que el ansias de guardar trastos y basura se llama Mal de Diógenes…que es imposible estornudar con los ojos abiertos,…que Cristo no nació en Navidad… que Colón no descubrió América ni tampoco Eric el Vikingo,…porque ya todos estábamos, que Thomas Alva Edison temía a la oscuridad y que no inventó la ampolleta,... que Toledo es el nombre de uno de los libros del Torah...que el nombre de Iberia proviene del río Ebro y este de Ivrit que significa hebreo...que el condón de lino se usó por primera vez en Italia en 1550 …que la palabra: F.U.C.K. viene de Fornication Under Consent of the King, algo así como: fornicando bajo el consentimiento del rey, que Los Andes es un nombre aymara castellanizado que quiere decir "montaña que se ilumina"... que Uruguay proviene del aymará Uruway y significa; ¡Qué día!…que Paraguay; ¡Qué seco es!...que canguro; No sé …que el botafumeiro con incienso de las catedrales es para espantar el mal olor de los feligreses… que las ventosidades de las vacas contribuyen con un 7% al calentamiento global,…que los elefantes son los únicos animales de la creación que no pueden saltar…que los mosquitos tienen dientes…que hay ranas sin género macho y se reproducen…¡Ay Dios!...que Yucatán significa, no soy de aquí... que Patagonia; pie grande,…que el universo no tiene forma y que el vacío suma.
En suma: el Disperso es un ilegal con sus papeles al día al que no se le puede combatir, porque no tiene trincheras, ni territorio, ni propiedades, ni raza, ni nacionalidades y está lejos de ser un confuso. Es un virus peligroso en cualquier ordenamiento puesto que un mundo donde sólo cuentan los resultados, los diplomas y no el proceso puro del pensamiento, es un eminente peligro y turbulento evidente. Es un irresponsable cumplidor. Un lujurioso por el conocimiento incontinente. Lo más exasperante es que no hay forma de sancionarlo porque no es un anárquico. Parece un simulador que conviviera con los hábitos del trabajo y los horarios pero ¿quien puede subyugar sus pensamientos sobre el escritorio que pareciera ocupar?
OH musarañas de mi viejo pupitre escolar cuánta razón teníais! Y sobre todo ahora, que alcanzamos el Jardín del Edén del que fuimos alguna vez, injustamente despojados: el ciberespacio, el espacio virtual con su oscura energía meciendo sin culpas, el Árbol del Conocimiento para saciarnos obscenamente de todos sus frutos.
Ya muy cercano a la muerte, comprenderé que la verdad es accesible pero que no se posee. Mas no moriré con la mueca amarga del filósofo o el patético rictus del especialista universitario apretado en su tugurio creyendo que ya todo lo sabe, ni en el éxtasis sublime del místico en su falso orgasmo divino, si no con la sonrisa pura, simple y satisfecha del vividor. ¿No es mejor sumarse a esta tendencia?
¿De qué estamos hablando?
¿De qué estamos hablando?
Hablamos de esto que alguien dijo:
"Presta atención a tus pensamientos porque se convertirán en palabras.
"Presta atención a tus pensamientos porque se convertirán en palabras.
Presta atención a tus palabras porque se convertirán en actos.
Presta atención a tus actos porque se convertirán en hábitos.
Presta atención a tus hábitos porque se convertirán en tu carácter
Presta atención a tu carácter pues él es tu destino".
2 comentarios:
Don Rúben estoy fascinado muchas gracias. Sus historias son...la leche. Manueidoro. Jesús Bautista Vasco.
fabuloso Rubén...me emociona leer lo que escribes...cariños.
Tania Sepúlveda
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