Las mujeres francesas mantienen una tasa de obesidad muy baja. Son delgadas. Esa fue mi observación sobre las mujeres de París al pasear por los jardines de las Tullerias. Al revés de Carlos Fuentes, mis ojos veían clarísimo, yo no tenía prisa, no había viento, ni olor de magnolias en flor y no pensaba en escribir un libro llamado "Una familia Lejana", si no más bien entender por qué le ponen tanto color a este jardín, el que se puede traducir como jardínes de las tejas... No sé si mis ojos ven claramente lo que ven; llevo prisa y sólo una ráfaga de viento me trae el olor de las magnolias en flor del jardín de las Tullerías. (Carlos Fuentes, Una familia lejana)
El picnic . Claude Monet -1865 |
DÉJENEURE SUR L' HERBE.
El picnic es un destilado refinado de la civilización y una costumbre en retirada pero que aún funciona.
El picnic es un destilado refinado de la civilización y una costumbre en retirada pero que aún funciona.
Picnic - Thomas Cole - 1846 |
Jugábamos al corre el anillo, por un portillo, pasó un chiquillo, comiendo huesillos, a todos les dio, menos a mí.
Siempre quise que la penitencia fuera un beso pero las niñas me hacian saltar en un pie o darme vuelta de carnero, cinco y diez veces. Más fomes.
El otro picnic, más bien grotesco, poco fino y de actos muy primarios; comer y beber en abundancia, era de una vitalidad despampanante. Esos eran los picnic de mi tío Miche que en verdad eran asados. Pero les decían picnic, tal vez para despistar. Ahora que lo pienso era una bacanal, porque petite déjeneure sur l´herbe, nunca fue.
Miche y sus amigos - Barranco Amarillo - 1957 |
En los pic nic uno, los de mi tío, se llegaba a la pampa en camión y con bellas mujeres con pinta de guerrilleras que preparaban las ensaladas de huevos duros, tomates y lechugas, cantando los boleros de Raúl Shaw Moreno. ¡Eran del uno!
“Cuando tú me quieras, cuando te vea sonreír, vibrarán las campanas y alegres mariposas, lucirán sus colores en suave vaivén Cuando tú me quiera, cuando me digas que sí”
Y todos - incluso los que jugaban fútbol - cantaban hasta la desafinación total el; ¡cuando tú me quieeeraaaaas! ¡cuando me digas que síiiiiii!
Aullaban como lobos en celo y levantaban sus jarros de fierro enlozado, con piquetes por supuesto, cargados de vino blanco Tocornal hasta más allá de las barandas de las nubes. Si hasta los ángeles del cielo hacian gorgoritos cantando con lo que chorreaba de los jarros.
Tocornal era el nombre del vino con la etiqueta de ese personaje gordito, de monóculo y copa en mano al que llamaban don Toco.
Aullaban como lobos en celo y levantaban sus jarros de fierro enlozado, con piquetes por supuesto, cargados de vino blanco Tocornal hasta más allá de las barandas de las nubes. Si hasta los ángeles del cielo hacian gorgoritos cantando con lo que chorreaba de los jarros.
Tocornal era el nombre del vino con la etiqueta de ese personaje gordito, de monóculo y copa en mano al que llamaban don Toco.
Le Déjeuner sur l'herbe- Eduard MAnet - 1863 |
- Buen provecho - exclamaban después del beso robado.
¿Cómo habrá sido besar a esas chicas tan agalladas y con garbo gauchesco?
Paul Eluard en un petit dejauner sur l'herbe ... |
Asándose ensartado en un palo, el cordero - el mismo de Dios - giraba pacientemente como los que se broncean en la playa hasta obtener ese sonido crocante y el fascinante tono en la piel.
Un experto - Chicote Muñoz, el del medio en esta foto - a la menor señal de algún área reseca, azotaba la musculatura del cordero con hojas de perejil empapadas en una especie de chimichurri con aliño completo. La humedad era mejorada con duchas de cerveza La Polar y sin descuidar la letra de la nueva canción que se coreaban: “Osito de felpa, juguete de mi hijo, de mi chiquitito, que una madrugada, se llevó el señor”.
¿Te acuerdas de "Barquita de vela vela". Esa se cantaba al final cuando ya entristecía la tarde y algunos sufrían los estragos estomacales fondeados en los matorrales de calafate. Los niños volvíamos sudados, con pantalones rasgados y la boca negra por culpa de los calafates.
El regreso en el camión era de cansancio y tristeza. Todos parecían partisanos que regresaban de alguna emboscada al enemigo.
El osito de felpa era el famoso Teddy. Yo tenía uno negro. Contaban que el nombre Teddy Bear provenía de un presidente llamado Theodore Roosvelt, quien se negó a dispararle a un oso en una cacería programada por su consejero político para promocionarlo como un auténtico "americano".
El picnic dos, era refinado y familiar. Se jugaba a las cartas y se pronunciaba Picknick. Al lugar se llegaba en automóvil, a un área despejada con una vista panorámica sobre la ciudad, las montañas o el mar. Al revés del picnic uno, que era entremedio de los matorrales.
Hay allí, en esas elecciones del lugar; una raigambre nativa y una postura de colonizador. Es así como en el picnic uno estaban las guitarras y en el picnic dos, los gramófonos portátiles con discos de carbón que se cuidaban como huesos santos. En el picnic uno, estaban las futuras procreadoras y en el dos, las madres y tías, más las entregadas a los menesteres religiosos que murmuraban más vale vestir santos que desnudar borrachos, o sea las mayores de 30 años.
Hay allí, en esas elecciones del lugar; una raigambre nativa y una postura de colonizador. Es así como en el picnic uno estaban las guitarras y en el picnic dos, los gramófonos portátiles con discos de carbón que se cuidaban como huesos santos. En el picnic uno, estaban las futuras procreadoras y en el dos, las madres y tías, más las entregadas a los menesteres religiosos que murmuraban más vale vestir santos que desnudar borrachos, o sea las mayores de 30 años.
James Jacques Joseph Tissot |
Julius LeBlanc Stewart |
El rito se cumplía al ir vestido con ropas livianas, según dice la costumbre. Algo bastante difícil de lograr en la ventilada pampa magallánica pero bastante posible en un jardín como el de las Tullerias o como nos muestra el cuadro de Eduard Manet.
El regreso en el automóvil era festivo y melancólico. Flemático. Y tan fresco como para continuar con otra velada.
El regreso en el automóvil era festivo y melancólico. Flemático. Y tan fresco como para continuar con otra velada.
La Partie carrée - Tissot - 1870 |
¿Crees que la palabra es de origen británico? No; es de origen francés. Es del francés pique y nique. Pero también confirma - por alguna extraña asociación - su origen anglo parlante, por una película estodounidense de los años 50' llamada Picnic, donde Kim Novak baila el tema Moonglow con un delgado William Holden.
La Kim Novak. ¿Habrá disfrutado tanto su picnic, como yo su bajada por la escalinata?
2 comentarios:
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